En la isla de Ibiza es una tradición que, según nos cuenta Antoni Marí de la Colla de sa Bodega, se remonta en el tiempo hasta la época de los fenicios.

El corn es en realidad un molusco gasterópodo marino, para los entendidos Cheronia nodifera, para el resto de los mortales, una caracola muy grande. La más grande del Mediterráneo.

Foto extraída de la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera (Salvador Ramon Torres)

Este molusco, una vez vaciado, se convertía en un instrumento que permitía comunicarse a la gente a varios kilómetros de distancia. Se trataba de un lenguaje no verbal que todo el mundo entendía, nos explica Antoni.

En Ibiza se daban, principalmente, 3 tipos de bruladas:

  • Toc d’avalot. Esta brulada indicaba que existía un peligro en la costa, casi siempre vinculado a la llegada de piratas. Este aviso, que se realizaba desde las distintas torres de defensa que jalonan las costas pitiusas, permitía que la población corriera a resguardarse en alguna de las iglesias fortificadas que había en las islas.
  • Per vendre peix. Era el aviso que hacían aquellas personas que se dedicaban a vender pescado por los pueblos de Ibiza. A medida que llegaban a una población, emitían esta brulada característica para que los vecinos se acercaran a comprar. Sonaba así:
  • En fer una encerrada. En los días en que la gente de Ibiza se levantaba a protestar por alguna situación que entendían injusta (hace ya tiempo de esto), era común escuchar un toque de corn como este,

Os recomendamos visitar las fiestas patronales de los distintos pueblos de Ibiza, y disfrutar de las tradiciones locales que todavía se mantienen en esta fantástica isla.