Si lo tuyo son los retos…¡esta es tu cala! Se trata de una de las calas más inaccesibles y quizás por ello también, más tranquilas de la isla.
Se encuentra a los pies de la cara sur del Pilar de la Mola y es un lugar donde el nudismo es práctica habitual.
Llegar a ella requiere de paciencia y un buen sentido de la orientación (o un buen gps en su defecto), pero el paseo merece la pena si lo que queremos es alejarnos del mundanal ruido y disfrutar de unas vistas espectaculares del Mediterráneo.
Cómo llegar
En primer lugar conduciremos hasta la Mola y aparcaremos nuestro vehículo en el parking habilitado junto al faro. A continuación tomaremos un camino que se dirige al sur y que sigue la línea de un muro de piedra seca durante unos 700 metros o 15 min, hasta adentrarse en una pequeña concentración de pinos. En ese momento veremos un sendero que se dirige hacia la costa y que deberemos coger hasta llegar al acantilado. Ahí deberemos fijarnos en la ubicación de un pequeño grupo de escars hacia el que baja un estrecho sendero excavado en la roca (en forma de escalones) por el que descenderemos con muchísimo cuidado.